Jessica Sequeira
Venimos a la noche, cuando está fresco. La frutos de las palmeras son pesados, con superficies espinosas que nos arañan las manos. Nos los tiramos unos a otros esperando. El trabajo es repetitivo y cansador, para nosotros y para nuestras esposas que pisan la fruta para extraer su aceite, el alma de la fruta. ¿Adónde va este aceite? ¿Por qué no pueden los blancos, en otras tierras, usar algo diferente para sus cocinas, sus velas, sus máquinas? Nuestras manos están llenas de callos, nuestros cuerpos están moreteados. A veces, cuando estoy ahí, bajo el corazón del árbol, les susurro: “Hermana, te pido perdón por quitarte tus frutas. Hermana, perdóname que no pueda dejar que madure en paz lo que llevas. Los hombres están planeando una revuelta, pero no puedo decir más, hermana. Haremos nuestros planes dentro de tu vientre. No queremos nada de ti, así como no queremos que ellos nos quiten nada. Hermana, escucha, pronto todo habrá terminado, lo prometo. Hay quienes piensan que el negocio del aceite de palma reemplazó a los esclavos, pero no es así. El negocio del aceite depende de los esclavos. Se necesitan recolectores para tomar las frutas, para subirse a los árboles. Nuestras mujeres, al otro lado del cerro, cocinan el cuesco hasta que esté blando y es entonces que se puede extraer el aceite. Ellas los pisotean en sus tinajas como con el vino. Los hombres cosechan, las mujeres hacen el resto. Trescientas libras de fruta hacen treinta y seis libras de aceite, nos cuentan. Nos dicen que sigamos, que los ingleses están esperando, platita en mano. Dicen que tenemos suerte de estar aquí, en una pequeña parcela en vez de en una gran plantación. Dicen que en esos lugares no se puede hablar como aquí, que solo se oye el sonido del látigo que da el azote. Encima nuestro, la luna brilla en el cielo, lejos de la gente que quiere comprar tus frutas, lejos también del interior del Golfo de Benín. No podemos imaginar nada peor que nuestro destino en estas tierras. Hermana, ten paciencia con nosotros. Esto no durará mucho.”
Traducido del inglés: Felipe Orellana Baeza
De A Luminous History of the Palm, Sublunary Editions, 2020
Jessica Sequeira hat den Roman “A Furious Oyster”, den Erzählband “Rhombus and Oval”, den Essayband “Other Paradises: Poetic Approaches to Thinking in a Technological Age” und das Hybridwerk “A Luminous History of the Palm” veröffentlicht. Sie hat zahlreiche Bücher lateinamerikanischer Autoren übersetzt und wurde 2019 mit dem Premio Valle-Inclán ausgezeichnet. Gegenwärtig lebt sie zwischen Chile und Grossbritannien, wo sie am Zentrum für Lateinamerika-Studien der Universität Cambridge promoviert.